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​CANCIONES

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EL FARERO

​

En la luz del casco viejo,

donde el vino salva muertes,

en una taberna oscura

de la dársena del puerto;

duermen los estibadores

oyendo cantar a un negro,

de labios como melones,

una canción de Juan Perro.

​

Se acercó en un vendaval,

por las playas de mi sueño,

un barco que en alta mar

encalló estirando el cuello.

Pronto aprendí a naufragar,

nunca sé si voy o vengo,

si esta luz es mediodía

u oscuridad de silencio.

​

 

De los arrabales soy,

de una canción marinero,

que me alumbra donde estoy

y me tiene prisionero.

De las estrellitas vengo,

a las estrellitas voy,

si ellas me dan su lamento

pues lamento a ustedes doy.

​

Así que me vuelvo a casa,

que la mar vele su sueño,

que pa navegar a oscuras

no hace falta más que viento.

Que al mundo poco le importa,

ni a las fauces del progreso,

la llamita de este faro,

la llama de este farero.

​

Qué hermosa es la soledad,

qué lindos sus aparejos,

y qué lindo es navegar

sobre sus maderos viejos.

SERÁS SALIVA EN MI BOCA

​

En las hojas del viento

que el tiempo deja en su huída,

la tarde se dormía

en la mañana amarilla.

 

De la pasión nace un lienzo

de juventud en la mirada,

violeta, en las alturas

húmedas de mi cama.

 

Serás saliva en mi boca

ondulada como la espuma

sombrearás el oscuro

de la habitación oscura.

 

Por no tenerte olvidarte

y abandonarme al silencio

¿por qué no logro encontrarte?

¿por qué el amor es misterio?

 

Tu cuerpo sobre mi cuerpo

estalla en su luz, la bombilla,

y sus ruinas de fuego

gritos que en la noche brillan.

 

Serás saliva en mi boca

ondulada como la espuma

sombrearás el oscuro

de la habitación oscura.

​

A las dos, a la una, ninguna,

de la luna que te quiero

guardo tu imagen desnuda

en el desván del deseo.

 

Quiero vagar por tus calles

quiero nacer en un sueño

ser canto de un verso vivo

cuando los juglares han muerto.

ALDEA TRISTE

​

Sin rumbo voy perdido por las calles,

buscando una razón para quererte,

ya sabes que mi canto no es de nadie

las utopías vencen a la muerte,

que son como la tarde que ilumina

con luz de abrigo besos de un amante,

así son los amores que germinan

y no hallan cielo donde abandonarse.

​

Tu vienes del océano del ruido

yo vengo del murmullo de las calles,

vencimos a los tiempos asesinos,

prisioneros de agua, prisioneros de hambre.

Será que nos amamos tan desnudos,

tan libres, tan fugaz, tan vivamente,

será que los amores por ser libres,

nacen para morir eternamente.

Mi canto se hace lluvia en otros mundos,

la luna es la que viene a consolarme,

al cajón templao de mi guitarra.

Busco sueños donde abandonarte.

 

Maldigo cada verso que te escribo,

maldita la canción que ahora te canto,

que hiere como el aire que respiro

pues te quise tanto, pues te quiero tanto,

que quererte para mí sería olvidarte,

y olvidar la tarde en que te fuiste,

contemplar la noche iluminarse

en mi aldea triste.

​

EL ENSUEÑO DEL PESCADOR

 

Qué frio hace en la Luna,

presagio de mal tiempo,

las aguas estan tranquilas

me estará engañando el viento;

que allí donde vive Dios

hay atajo para el infierno.

​

Ay, tu estás chalao

no cabrán en tu barca tanto pescao

Ay, tu estas chalao

no aguantaran las redes tanto pescao

​

Y en los armarios del mar

los naufragios de los peces

se almacenan con las redes

de alguno que fue a pescar,

y ahora se le oye llorar

cual cautiva en una almena,

esta noche hay luna llena

y no puedo navegar.

​

Ay, tu estás chalao

no cabrán en tu barca tanto pescao

Ay, tu estas chalao

no aguantaran las redes tanto pescao

​

Y no puedo navegar

porque me invade la pena

en las redes me perdí

y estoy pescando en la arena

al abrigo de una hoguera

siento mi alma naufragar

y un lamento de ballenas

en los plásticos del mar.

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